31 Mayo 2021 Artículo
La digitalización para archivo histórico es siempre un procedimiento delicado por distintas razones: La principal es la información que se desecha en el proceso de digitalización, aspecto grave en los casos en los que el original analógico no puede conservarse de forma indefinida o no puede ponerse a disposición de los investigadores por motivos de protección (y, por lo tanto, la única copia accesible es la digital, pero no la original analógica).
La pérdida de información en la digitalización puede deberse a distintos factores.
Ilustración 1: Obra de El Greco en luz visible y bajo rayos x (fuente: Museo del Prado)
Pongamos como ejemplo una obra pictórica. Una digitalización “clásica” sería convertir la obra original “analógica” en un fichero de imagen (por ejemplo, TIFF). En este caso, la perdida de información podría estar en la falta de resolución por una limitación tecnológica, pero también en la ausencia de otros detalles muchos más sutiles, como la tridimensionalidad de los trazos del óleo, la reacción de este a los distintos tipos de luz o incluso la visión de rayos X, que desvela increíbles detalles sobre el proceso y técnica de la pintura.
Esta información perdida jamás puede darse por irrelevante en el proceso de digitalización para archivo histórico, pues no es posible prever las necesidades futuras de los investigadores o usuarios de las obras digitalizadas, con lo que cada pérdida de información, por pequeña que sea, es una pérdida de valor.
Ilustración 2: Sistema de digitalización de audio en disco de vinilo con cuatro muestras (fuente: archive.org)
Así, son muchas las instituciones de preservación cultural que están trabajando en el desarrollo de nuevas técnicas de digitalización de obras analógicas, especialmente las que encontramos en soportes domésticos, como cintas de video (VHS, Beta, 2000), cintas de audio, discos de vinilo, etc.
Vamos no obstante a analizar un caso muy particular: El vídeo en discos LaserDisc.
Ilustración 3: Disco de vídeo LaserDisc (fuente: Recreativas.org)
El LaserDisc (https://es.wikipedia.org/wiki/Laserdisc) fue un formato de vídeo cuyo soporte eran discos similares a los CD de audio, pero de gran tamaño (diámetro similar a un disco de vinilo).
Al contrario de lo que suele creerse, el video almacenado en los LaserDisc no es digital (como en un DVD o en un BluRay), sino analógico (como una cinta de vídeo VHS). Adicionalmente, el formato admitía también cierta información digital (audio, datos, etc.), pero el contenido principal de vídeo era siempre analógico, y es esta naturaleza analógica del video la que va a implicar una pérdida de información en el proceso de digitalización.
Antes de entrar en las cuestiones técnicas del proceso de digitalización, cabría preguntarse si hay contenidos exclusivos en LaserDisc, y por supuesto que sí los hay. Como ejemplo, vamos a analizar las escasas producciones cinematográficas de la empresa Picmatic.
Marbella Vice (Marbella Antivicio)
Los Justicieros
Tierras Salvajes.
Fort Laramie.
Pongamos como ejemplo “Marbella Antivicio”, una obra repleta de estrellas que muchos consideran que inspiró el posterior “Torrente” de Santiago Segura. Como solo se editó en LaserDisc, para la digitalización tenemos obligatoriamente que partir de este formato.
¿Cómo ha hecho la Biblioteca Nacional la digitalización del LaserDisc? De la forma fácil (e incorrecta), insertando el disco en un reproductor de LaserDisc conectado a una digitalizadora de video. Repasemos las razones por la que esta es una muy mala idea si hablamos de una digitalización para preservación histórica:
Baja calidad.
Pérdida de información.
Así, si un reproductor de LaserDisc no es suficiente para la preservación de los discos ¿Cómo debe hacerse esta digitalización? ¿Hay un equipamiento especial para ello?
Realmente, como ocurre con muchos formatos analógicos obsoletos, no existe un equipamiento comercial para la digitalización con fines de preservación, y es necesario diseñar y construir equipos a medida.
En el caso específico del LaserDisc, la solución pasa por recoger la información obtenida directamente por el láser (en forma de señal de radiofrecuencia) y digitalizarla con equipamiento electrónico e informático completamente a medida, usando los componentes hardware y software más avanzados actualmente.
Ilustración 4: Hardware "Domesday Duplicator" para la digitalización de la señal del láser de un LaserDisc (fuente: https://www.domesday86.com/)
Una vez con la información de radiofrecuencia obtenida y digitalizada (en una frecuencia muy elevada, siguiendo lo definido en el teorema de Nyquist-Shannon), que es la información más básica que podemos obtener del disco, podemos usar un software especializado (programado también a medida) para obtener audio, video y metadatos en un formato digital reproducible con la mínima pérdida de calidad.
Ilustración 5: Software "lddecode" para el análisis de la información de radiofrecuencia digitalizada obtenida directamente del láser del reproductor de LaserDisc (fuente: https://www.domesday86.com/)
Todo ello se construye modificando un reproductor LaserDisc profesional en el que sustituimos la electrónica por el equipamiento antes mencionado y mantenemos únicamente la parte electromecánica de giro del disco y manejo del láser (y en el que además se ha hecho un calibrado adicional mediante un osciloscopio y hardware a medida).
Ilustración 6: Estación completa de digitalización de LaserDisc (fuente: Recreativas.org)
¿Cuál sería entonces el resultado de una digitalización utilizando estos equipos y técnicas avanzadas completamente a medida? El resultado es un fichero de video de muy alta calidad (calidad mucho más alta que la que se puede extraer con un reproductor de LaserDisc, por muy bueno que sea) acompañado de todos los metadatos contenidos en el disco.
Ilustración 7: Fotograma con digitalización para preservación del disco LaserDisc "Tierras Salvajes" [Picmatic] (fuente: Recreativas.org)
Lo mejor aún de este tipo de digitalizaciones es que se conserva siempre la captura no procesada de la señal digitalizada de radiofrecuencia proveniente del láser, con lo que en un futuro se pueden plantear postprocesos software con las nuevas tecnologías que vayan apareciendo (como la Inteligencia Artificial), con la tranquilidad de que el contenido “en bruto” del disco está preservada.
Esta preservación de base es muy importante debido a la fragilidad de los soportes originales. Al igual que un libro en papel, en las condiciones apropiadas, puede conservarse cientos de años, un disco compacto (incluyendo los LaserDisc) apenas perduran unas pocas décadas.
Ilustración 8: Proceso de podredumbre de un disco compacto
Estos discos sufren una degradación natural (que habitualmente se denomina podredumbre del disco) que hace que, incluso en buenas condiciones de conservación, no sean reproducibles pasados más de 30 años (rara vez más de 35).
Así, la preservación de los contenidos disponibles exclusivamente en LaserDisc es una necesidad apremiante, y más teniendo en cuenta que fueron producidos en la década de los 90, con lo que en breve empezará su irreversible deterioro y su pérdida definitiva si no abordamos estas tareas cuento antes.
Por desgracia, no es una tarea que se plantee institucionalmente desde entidades como Biblioteca Nacional o Filmoteca Española. La escasez de obras en este formato y la enorme especialización de su proceso de preservación son probablemente las causas, unido al hecho antes comentado de que en muchos casos ni siquiera se cuenta con los discos a preservar.
¡Pero no todo está perdido! Ante la inacción institucional, tenemos el enorme esfuerzo que asociaciones nacionales como Recreativas.org (https://www.recreativas.org/), que están activamente trabajando en la localización y adquisición de estos discos originales, en la construcción del costoso equipamiento de digitalización y en la preservación final de esos contenidos… ¡Bravo por ellos!
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